Escenario histórico de los orígenes

Corría el año 1958. Pese a los esfuerzos realizados por el país durante las últimas décadas, los requerimientos del consumo de petróleo crecían más rápidamente que su producción local. En aquel año el consumo diario ascendía a los 43.700m3 mientras que la producción media era sólo de 15.500 m3 por día. La diferencia debía cubrirse con una onerosa importación de crudos, que llegó a los 250 millones de dólares anuales. Para paliar esta crítica situación, el gobierno argentino había diseñado, años antes, algunos planes de reactivación del ente petrolero estatal -YPF- sin obtener mayores resultados. Era necesario, entonces, apelar a una nueva política que permitiera captar la imprescindible cooperación del capital privado, local o extranjero, para cubrir las cuantiosas inversiones que requería la industria petrolera, a fin de aumentar, en el más breve plazo posible, la producción del crudo y disminuir o eliminar las importaciones de combustibles que pesaban enormemente en la deficitaria balanza comercial, frenando todo desarrollo. El nuevo gobierno presidido por el Dr. Arturo Frondizi concretó esa nueva política a principios de 1958.

Con una agresiva dinámica empresaria, en solo cinco meses se firmaron más de una docena de importantes contratos de exploración, desarrollo y perforación, con empresas privadas, lo que sumado al decidido empuje dado por YPF, se tradujo en un formidable impulso a la producción petrolera nacional.

El Dr. Arturo Sábato, primer socio honorario del Club del Petróleo de Buenos Aires, fue quien, como Delegado personal del Presidente Frondizi al frente de YPF estableció las bases por las que en breve lapso se logró, prácticamente, el autoabastecimiento de petróleo en Argentina. Cerca del 10% de la superficie de las cuencas sedimentarias del país fueron otorgadas para exploración por empresas privadas, las que de inmediato comenzaron a trabajar en esos 132.000 kilómetros cuadrados. Simultáneamente se firmaron los que han sido los mayores contratos de perforación del mundo -2.100 pozos en cuatro años-, con tres compañías internacionales.

Toda esta formidable actividad que permitió casi triplicar la producción petrolera nacional, requirió la incorporación de gran número de profesionales y técnicos petroleros, que las empresas extranjeras transfirieron de muchos lugares del mundo, para colaborar con los geólogos, geofísicos e ingenieros argentinos. Fue ese importante plantel de especialistas el que dio origen a nuestro Club del Petróleo de Buenos Aires.